La recuperación económica en el Perú se proyecta positiva para el 2024, enfocándose en el crecimiento orgánico impulsado por la inversión privada tras una contracción económica en el 2023, con una esperanza de crecimiento del 3% para este año. Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), este crecimiento inicial se beneficiaría de un efecto estadístico debido a la baja base del año anterior. No obstante, la verdadera recuperación se espera que comience a partir del tercer trimestre, marcando un punto de inflexión hacia un crecimiento sostenido y orgánico en diferentes sectores económicos. FocusEconomics anticipa que la economía peruana experimentará una mejora gradual a lo largo de los trimestres, reflejando una tendencia ascendente desde el 1.9% en el primer trimestre hasta el 2.8% en el tercero.

La clave para alcanzar un crecimiento orgánico reside en fortalecer la inversión privada. Juan Carlos Odar, de Phase Consultores, destaca la importancia de mejorar el clima para los inversores, especialmente a través de las políticas y mensajes del nuevo titular del MEF, José Arista. Un cambio positivo en la percepción de los inversores podría significar un punto de quiebre para la economía, permitiéndole avanzar sin necesidad de depender de factores coyunturales o un "rebote" económico. La proyección es que el crecimiento orgánico represente la mayoría del aumento del PBI, lo que señalaría una recuperación real y sostenible.

La electricidad y el comercio son dos sectores que se prevé liderarán el crecimiento orgánico, gracias a su capacidad de absorción de mano de obra y su creciente participación en la economía. A estos se les suman el sector financiero, que podría beneficiarse de una disminución en las tasas de interés, y el agropecuario, que necesita superar las caídas en la producción de productos clave como los arándanos, la papa y el pollo. Estos sectores representan áreas de oportunidad para la inversión y el desarrollo, marcando el camino hacia una economía más diversificada y resiliente.

Oswaldo Molina, de la Universidad del Pacífico, señala la necesidad de acciones concretas por parte del Estado para superar el simple "rebote" económico y lograr un crecimiento que contribuya significativamente a la generación de empleo y a la reducción de la pobreza. Entre estas acciones se encuentra mejorar las expectativas empresariales y destrabar proyectos de inversión significativa. En este contexto, la gestión gubernamental juega un rol crucial en proporcionar un entorno estable y predecible que fomente la inversión y el desarrollo económico, especialmente antes de que el ciclo político se intensifique con las elecciones del 2026.

El Perú se encuentra en un momento crítico de su recuperación económica. La combinación de una estrategia enfocada en la inversión privada, el fortalecimiento de sectores clave y la implementación de políticas gubernamentales efectivas, podría marcar el comienzo de un período de crecimiento sostenido y orgánico. Aunque los desafíos persisten, las proyecciones y las políticas actuales sugieren un camino viable hacia una economía más robusta y diversificada, capaz de superar los obstáculos y aprovechar las oportunidades de desarrollo a largo plazo.