En una reciente iniciativa diplomática, el ministro francés de Exteriores, Stéphane Séjourné, ha programado visitas a Argentina y Brasil con el objetivo de explicar la posición de Francia respecto al acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur, el cual no ha llegado a concretarse. Este movimiento diplomático busca relanzar las relaciones económicas entre Europa y Latinoamérica, destacando que la cooperación entre ambas regiones no debe limitarse únicamente a este acuerdo.

Durante su estancia en Buenos Aires, Séjourné mantendrá encuentros con figuras políticas clave, incluida su homóloga argentina, Diana Modino, y el presidente, Javier Milei. Posteriormente, su viaje continuará hacia Río de Janeiro, donde participará en el encuentro de ministros del G20, preparando el terreno para la próxima cumbre de este influyente grupo, actualmente presidido por Brasil.

Francia ha sido clara en su negativa al acuerdo en su estado actual, argumentando la necesidad de que cualquier relación comercial futura debe asegurar el respeto por los Acuerdos de París sobre el cambio climático. Además, París aboga por excluir las importaciones de productos vinculados a la deforestación y por la inclusión de 'cláusulas espejo', que garantizarían que todos los productos importados a la UE cumplan con los mismos estándares sanitarios y medioambientales exigidos a los productores europeos.

Este enfoque refleja una demanda de un cambio doble: uno dentro de la UE, hacia un nuevo consenso que incorpore estas exigencias francesas, y otro con los socios latinoamericanos, para quienes Séjourné espera explicar personalmente la posición de Francia y buscar vías de entendimiento mutuo.

Más allá de la controversia del acuerdo UE-Mercosur, Francia y la UE ven en el programa Global Gateway una oportunidad para profundizar la relación con Latinoamérica y el Caribe. Con una inversión prevista de más de 45.000 millones de euros hasta 2027, este programa busca canalizar recursos hacia el desarrollo de infraestructuras críticas, promoviendo así una cooperación económica más amplia y diversificada.

En otro ámbito, el presidente brasileño, Lula, ha hecho un llamado desde la 37ª Cumbre de la Unión Africana por una reorganización de las instituciones multilaterales internacionales. Criticando a organismos como el FMI y el Banco Mundial, Lula subraya la necesidad de una mayor presencia y unidad entre los países del sur global. Su crítica se centra en cómo estas instituciones, según él, a menudo exacerban las crisis que pretenden resolver, limitando la capacidad de los países en desarrollo para invertir en educación y salud.

Estas iniciativas subrayan un período de reflexión y acción en las relaciones internacionales, donde tanto Europa como Latinoamérica buscan redefinir y ampliar sus vínculos económicos y políticos. A través de un diálogo constructivo y la búsqueda de consensos renovados, se abre el camino hacia una cooperación más equitativa y sostenible, reconociendo los desafíos globales actuales y la importancia de abordarlos conjuntamente.