En un análisis reciente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), se ha proyectado que el dinamismo económico de México podría experimentar una fase de lentitud que se extendería hasta el año 2025. Este pronóstico surge en un momento en que el país se recupera gradualmente de los retos impuestos por la pandemia de Covid-19, enfrentándose a un panorama global incierto y a desafíos internos significativos.

Según el CEESP, las estimaciones actuales ubican el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en un 2.4% para el año 2024 y un modesto 2.0% para 2025. Estas cifras, aunque representan una recuperación, sugieren una trayectoria de crecimiento más lenta en comparación con otras economías de la región, como Brasil, Chile y Estados Unidos, que han mostrado una recuperación más rápida post-pandemia.

A pesar de un cierto grado de optimismo para el 2024, el CEESP advierte sobre los desafíos que México enfrenta, incluyendo problemas de inseguridad, corrupción y la falta de un estado de derecho efectivo. Estos factores podrían influir negativamente en el clima de inversión y crecimiento económico del país. Además, se anticipa que el clima electoral y las reformas propuestas hacia el fin del actual sexenio podrían complicar aún más el panorama económico.

Pese a ser considerado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) como un destino atractivo para la inversión extranjera directa (IED), México ha visto un incremento modesto en la IED, apenas un 2.2% superior al período anterior. Este dato, junto con el crecimiento del consumo nacional que se mantiene por debajo de los niveles pre-pandemia, sugiere una desaceleración en el dinamismo económico del país.

El CEESP destaca que, a pesar de los esfuerzos por recuperar el ritmo de crecimiento, el PIB de México aún se encuentra por debajo de su tendencia a largo plazo. La combinación de desafíos internos y un entorno global incierto plantea preguntas importantes sobre cómo el país puede navegar hacia un futuro más próspero y estable. Con el cambio de gobierno en el horizonte, se subraya la importancia de abordar temas críticos como el gasto público, el déficit fiscal y la estabilidad de los ingresos, para fortalecer la economía y asegurar un crecimiento sostenible.

mientras México se dirige hacia un período de transición política y económica, la necesidad de políticas efectivas y una gestión prudente de los recursos se vuelve más crucial que nunca para superar los obstáculos y aprovechar las oportunidades de crecimiento en el futuro.