La historia política de América Latina está marcada por la inestabilidad y los conflictos que han definido su curso desde el siglo XIX. Este fenómeno ha sido especialmente palpable en países como Ecuador, donde la ocurrencia de golpes de Estado ha sido alarmantemente frecuente, aproximadamente cada seis años, revelando una profunda crisis institucional y democrática. La situación en Bolivia durante noviembre de 2019, con la salida forzada del expresidente Evo Morales, es otro ejemplo significativo. Esta tendencia no solo se limita a estos casos; en Perú, el expresidente Pedro Castillo intentó disolver el Congreso, lo que resultó en acusaciones penales graves en su contra. De manera similar, en Colombia, se han levantado acusaciones de intentos de golpe de Estado, lo que subraya un problema regional de gran envergadura estos eventos reflejan las tensiones entre las fuerzas políticas y demuestran cómo la lucha por el poder puede desestabilizar la gobernabilidad.

México ha experimentado un cambio político notable desde 2018, con la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el movimiento MORENA, marcando el regreso de la izquierda nacionalista y progresista. Esta transformación ha sido tanto amplia como profunda, abarcando desde la infraestructura hasta la política energética, la lucha contra la corrupción y la redistribución de la riqueza. Obras públicas emblemáticas como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, y la recuperación de empresas estatales como Pemex y CFE destacan entre los logros de su gobierno. Además, se han implementado políticas para combatir el robo de combustible, frenar proyectos controversiales como el aeropuerto de Texcoco, y mejorar las condiciones económicas y sociales del país estas medidas han buscado revertir las consecuencias del neoliberalismo, mejorar la economía y la justicia social, aunque enfrentando resistencia de sectores conservadores.

Las políticas de AMLO han tenido un impacto significativo en la vida de los mexicanos, con avances en el salario mínimo, control de la inflación, y medidas para estabilizar el peso frente al dólar. La lucha contra la corrupción ha sido una prioridad, buscando una distribución más equitativa de la riqueza y el fortalecimiento de servicios públicos como la educación y la salud. A pesar de los desafíos, como la criminalidad heredada de administraciones anteriores, el gobierno ha logrado avances en la reducción de índices de criminalidad y en la mejora del bienestar social estas acciones representan un esfuerzo por reconstruir el tejido social y económico del país, aunque generando confrontaciones con sectores opositores.

La transformación impulsada por AMLO no ha estado exenta de desafíos, enfrentando la oposición de sectores políticos, empresariales y mediáticos. La acusación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de derogar el delito de corrupción es un claro ejemplo del enfrentamiento entre el gobierno y poderes fácticos. Este escenario ha abierto un frente de guerra judicial (lawfare) en México, con acciones legales que buscan socavar los avances del gobierno progresista. La resistencia a estas políticas refleja la división en la sociedad mexicana y el profundo debate sobre el futuro del país la lucha continúa no solo en el ámbito político y legal, sino también en el cultural y social, delineando el complejo panorama de la democracia mexicana.

La historia política de América Latina y los recientes desarrollos en México ilustran la complejidad de la región en su búsqueda por la estabilidad democrática y la justicia social. Mientras que los desafíos son considerables, también lo son las oportunidades para el cambio y la transformación. La experiencia de México bajo la administración de AMLO ofrece lecciones importantes sobre los esfuerzos necesarios para combatir la corrupción, redistribuir la riqueza y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, la resistencia encontrada subraya la importancia de la unidad, el diálogo y el compromiso con los principios democráticos para superar las divisiones y avanzar hacia un futuro más prometedor para toda la región.