La Ciudad de México, una de las metrópolis más grandes del mundo, enfrenta un desafío crítico: la escasez de agua. Este problema, exacerbado por una sequía severa, ha llevado a las autoridades locales a tomar medidas drásticas, como restringir el suministro de agua en varias alcaldías. Los residentes de áreas afectadas como la colonia Chimilli, en la delegación Tlalpan, han tenido que adaptarse a esta situación, recurriendo a la compra de agua a través de camiones cisterna para satisfacer sus necesidades diarias.

La fuente principal de este recurso vital para el Valle de México es el sistema Cutzamala, cuyos niveles de almacenamiento han disminuido significativamente debido a la falta de lluvia. Además, la ciudad también depende de pozos que, igualmente, han sido impactados por la sequía. Expertos como Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua, atribuyen esta crisis a varios factores, incluido el cambio climático, la desforestación, la contaminación, y, por supuesto, la ausencia prolongada de lluvias.

Ante esta situación, las autoridades han instado a la población a evitar el desperdicio de agua y han implementado herramientas como la plataforma “Agua en tu colonia”, diseñada para informar a los ciudadanos sobre los horarios de suministro de agua en sus áreas. Sin embargo, la preocupación crece entre los habitantes sobre la duración de esta crisis, especialmente en zonas del sur de la ciudad, donde la falta de agua se ha vuelto una constante.

Los esfuerzos para abordar esta escasez incluyen la perforación de nuevos pozos, una medida anunciada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien también destacó la importancia de invertir en la reparación de las líneas de distribución de agua para reducir las fugas. Sin embargo, expertos y organizaciones locales argumentan que estas acciones son insuficientes y que se requiere de un enfoque más amplio para solucionar de manera efectiva el problema a largo plazo.

La sobreexplotación de acuíferos y la disminución de la temporada de lluvias son solo algunas de las preocupaciones que destacan los especialistas, quienes advierten sobre las graves consecuencias que podría enfrentar la región si no se toman medidas más drásticas. Aunque se descarta, por el momento, un escenario tan extremo como el llamado “día Cero”, en el que la ciudad se quedaría completamente sin agua, la situación actual subraya la urgente necesidad de reconocer y abordar este grave problema de sustentabilidad hídrica en una de las ciudades más importantes de América Latina.