En un giro trágico del destino, el intendente jefe de la Policía, Sady Rivera Quintero, perdió la vida en circunstancias que contrastan profundamente con el honroso servicio que prestó a su comunidad en Manizales. Este lamentable suceso ocurrió el 1 de febrero, durante unas vacaciones familiares que tomaron un rumbo devastadoramente inesperado. Rivera Quintero, a sus 41 años, no solo se destacó por su rigurosa dedicación a la seguridad ciudadana, sino también por su notable trayectoria adornada con reconocimientos y condecoraciones que hablan de su compromiso y excepcional desempeño.

La tragedia se desencadenó en una ruta entre Guayaquil y Machala, Ecuador, cuando el autobús en el que viajaba la familia Rivera Quintero fue interceptado por delincuentes armados. Estos sujetos, movilizándose en motocicletas, forzaron al conductor a detener el vehículo para luego proceder a robar las pertenencias de los pasajeros. Rivera Quintero, fiel a su índole protectora, opuso resistencia, acción que lamentablemente llevó a que fuera herido de bala. En un intento de defensa, su hermano también fue atacado. Ambos fueron trasladados al hospital Teófilo Dávila en Machala, donde se confirmó el fallecimiento de Sady, dejando a su familiar en una condición crítica.

Antes de este fatídico evento, Rivera Quintero estaba destinado a recibir una condecoración por ser uno de los mejores comandantes de los CAI de Manizales, un reconocimiento a su liderazgo y esfuerzo incansable por mantener la seguridad en la región. Graduado de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, su carrera en la Policía se extendía desde septiembre de 2004, escalando hasta su posición actual como intendente jefe en 2019. Este año marcaría dos décadas de un servicio ejemplar, durante las cuales acumuló 10 condecoraciones y 64 felicitaciones por su admirable labor.

La muerte de Sady Rivera Quintero no solo representa una pérdida para su familia y seres queridos sino también para la comunidad de Manizales y el cuerpo de policía al que dedicó tantos años de su vida. Su legado, marcado por la valentía, el compromiso y un inquebrantable espíritu de servicio, permanecerá como un recordatorio de la importancia de la seguridad y la integridad en el servicio público.

Este trágico suceso recalca la necesidad de continuar fortaleciendo las medidas de seguridad para aquellos que se dedican a proteger a la comunidad, asegurando que su sacrificio y servicio no sean en vano. La comunidad de Manizales, y todos aquellos tocados por la vida y carrera de Rivera Quintero, hoy lamentan la pérdida de un verdadero héroe, cuya vida fue un testimonio del valor y la dedicación al servicio de los demás.