El Reloj del Apocalipsis, un símbolo instaurado por el Boletín de Científicos Atómicos en 1947, ha servido durante décadas como un dramático recordatorio de los peligros que enfrenta la humanidad. En 2023, este reloj alcanzó una proximidad sin precedentes a la medianoche, fijándose a solo 90 segundos de este simbólico momento final. Esta decisión refleja un conjunto de amenazas globales que, lejos de disminuir, parecen intensificarse con el paso del tiempo.

La situación en Ucrania ha sido un factor crucial en esta última actualización. La invasión rusa en territorio ucraniano no solo ha reavivado el temor al uso de armamentos nucleares, biológicos y químicos, sino que también ha contribuido a una parálisis en la respuesta internacional frente al cambio climático. Otros conflictos, como la Guerra en Gaza, y los efectos cada vez más palpables del cambio climático han mantenido este riesgo latente en 2024.

Rachel Bronson, presidenta del Boletín, ha enfatizado que el actual ajuste del reloj no debe interpretarse como un indicador de estabilidad, sino más bien como una señal alarmante de los riesgos crecientes a los que nos enfrentamos. A pesar de este sombrío panorama, Bronson recalca que aún existe la posibilidad de revertir esta tendencia si se adoptan medidas urgentes tanto por parte de gobiernos como de ciudadanos.

En el ámbito de la inteligencia artificial (IA), los desarrollos recientes, especialmente en generadores de texto como GPT-4, han generado su propio conjunto de preocupaciones. Aunque la IA promete numerosos avances, también se le atribuye el potencial de exacerbar problemas como la corrupción y la desinformación, lo cual podría obstaculizar la capacidad global para enfrentar amenazas urgentes y multifacéticas.

La situación geopolítica global añade otra capa de complejidad a este escenario ya de por sí tenso. La rivalidad entre Estados Unidos y China, el enriquecimiento de uranio en Irán, el avance del programa nuclear de Corea del Norte y la persistencia de conflictos armados son factores que contribuyen a un panorama de incertidumbre global. Además, la convergencia de la IA con otras tecnologías plantea riesgos adicionales, como la posibilidad de una vigilancia autoritaria y la manipulación de la opinión pública.

Frente a este contexto, los científicos subrayan la urgencia de adoptar medidas que mitiguen estas amenazas, tanto existenciales como no existenciales. Aunque la situación es crítica, el mensaje subyacente del ajuste del Reloj del Apocalipsis es claro: aún hay tiempo para el cambio y la acción colectiva. La humanidad ha enfrentado y superado grandes desafíos en el pasado. Aunque el reloj marca una hora preocupante, la capacidad para alejar las manecillas y encaminarnos hacia un futuro más seguro está, en última instancia, en nuestras manos.